Qué te escriban poesía es un logro
Dame una miseria que nos una
o culquier adicción que me consuma,
el exordio que empuja la elocuencia,
las balas que me han dado paciencia
han dejado sus marcas sangrantes.
Sigue ahora tu camino sin desviarte,
no te molestó el dolor que me quemó;
pero sí el coraje que me quedó
turbándose entre todas mis venas,
no tienes valor, no finjas tus penas.
Yo qué estoy sola frente a las olas
resisto sus choques cómo la espuma,
cómo la espuma, el dolor me abruma
pero es cierto que el mar todo lo cura.
Sobre las heridas infectas eché sal
aquí, por fin sé que no hay nada mal
y recuerda
que de los dos;
sólo quedé yo.
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