domingo, 30 de septiembre de 2018

vida en marte



Cielo que puñales recoges,
de una dulce chica de encogidos corazones
no era ni estrellas, ni planetas
pero no había nadie como ella.
Sus ojos recordaban a cometas,
no tenía viento, gravedad incierta
luceros centelleantes, luna discreta
y con el tiempo era pequeña, menguante
cómo polvo de primavera.
Lucero con fortuna deshecha;
astro que por llorar formó mil brechas.
Espacio
que es tierra.

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