Una ficción de lo que fue antes Dios
Creo que ahora me disculpo;
nada hacia dentro
clava tu espada en mi pecho,
sácalo todo en la tormenta;
ahora soy tú tormento.
Desgárrame con tus uñas,
infestadas de podredumbre
aráñame hasta matarme
de rodillas, para santificarme.
Nací para arrastrarme
enterrarme a mí misma en un ataúd
disuélvete entre mis cenizas
haz de mi boca tu infierno
un santuario de huesos.
Es mi templo y mi cementerio
llena mi cuerpo entero
de blancos crisantemos
graba en mi lápida tus palabras
quedaré deshecha en tierra,
que me vuele el alma.
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